Otro día llegando tarde a mis malditos compromisos, metido en una lata de sardinas soportando un calor infernal colgado de una barra de metal sucia y dejada, pensando en la idiotez de mis actos deseando mejorar como persona pero la misma vida no me deja hacerlo, es hora de llegar a mi destino, paso en medio de la muchedumbre tratando de abrirme paso entre las vacas que van a su respectivo matadero laboral, la puta madre, me pase de la parada, timbro insistidamente mientras veo cómo se suman las cuadras alejándome de mi punto de llegada, al ver que el conductor no me hace caso mi rabia sale a flote, insultó en repetidas ocasiones entretanto los pasajeros se hacen indiferentes acompañados de las respuestas agresivas del conductor, estas escenas no son tan ajenas a la realidad de este tipo de transporte, por fin este hijueputa se le da la gana de detenerse, me bajo golpeando el bus, este arranca bruscamente cuando apenas estoy tocando el asfalto, mi cuerpo reacciona rápidamente antici