Otro día llegando tarde a mis malditos compromisos, metido en una lata de sardinas soportando un calor infernal colgado de una barra de metal sucia y dejada, pensando en la idiotez de mis actos deseando mejorar como persona pero la misma vida no me deja hacerlo, es hora de llegar a mi destino, paso en medio de la muchedumbre tratando de abrirme paso entre las vacas que van a su respectivo matadero laboral, la puta madre, me pase de la parada, timbro insistidamente mientras veo cómo se suman las cuadras alejándome de mi punto de llegada, al ver que el conductor no me hace caso mi rabia sale a flote, insultó en repetidas ocasiones entretanto los pasajeros se hacen indiferentes acompañados de las respuestas agresivas del conductor, estas escenas no son tan ajenas a la realidad de este tipo de transporte, por fin este hijueputa se le da la gana de detenerse, me bajo golpeando el bus, este arranca bruscamente cuando apenas estoy tocando el asfalto, mi cuerpo reacciona rápidamente anticipando una fuerte caída, sin importar lo anteriormente sucedido caminó velozmente rogando llegar al límite del tiempo de mi entrada, llegó justo a tiempo, me registró, ocho minutos después escucho mi nombre, me levanto yendo hacia ese cuarto donde mi ser querido me aseguro que me iban ayudar, la verdad nunca he creído en esta clase de profesionales, entro al cuarto saludando a la chica que me viene atendiendo por más de un mes sin notar un cambio visible, me pregunta como estuvo mi semana, siendo la misma premisa de todas las sesiones, la respuesta es la de siempre, bien, ahí luchando con esta mierda que no me deja llevar una vida sentimental sana, después de diez minutos de puro relleno comienzo a contar una historia repetitiva de mi vida cotidiana. Salía de mi trabajo de una jornada extensa pero muy gratificante ya que me habían puesto de ejemplo ante toda la oficina por mi pulcritud en los últimos casos que dejaban a la empresa en lo alto a comparación de la competencia, estando en el bus decido prender el celular ya que lo había apagado por problemas con ana el día anterior, no se porque esa anoche lo volví a hacer, estábamos acostados cuando de repente le suena el celular, ella contesta, pude percibir que se trataba de la voz de un hombre, ella lo saluda levantándose de la cama para ir a hablar al balcón, inmediatamente mi ánimo cambió, ella no se demoró mucho, al acostarse nuevamente me abraza, al sentir que no le correspondo con el acto de cariño me mira desconcertada preguntando si me pasaba algo, respondiendole secamente que fresca, que no me pasaba nada, la premisa por mi parte no se hizo esperar, con quien hablabas?, me dice, con hernán, me llamaba a preguntarme por el proyecto que tenemos que entregar dentro de un mes, mi gesto refleja poca credibilidad, pregunto, por qué tuviste que pararte al balcón?, es que tienes que esconder algo o que?, mirándome sorprendida me responde, es enserio?, que te pasa?, que piensas que voy a esconder?, no seas bobito, trata de darme un beso, le corro la cara, su rostro se desfigura diciendo, carlos otra vez con la idiota desconfianza, se aleja automáticamente, por unos segundos el silencio acelera el nacimiento de esta sensación que inunda todo mi ser calentando poro por poro, mi boca insensatamente no soporta estar cerrada, diciendo, que más quiere?, usted cree que no me he dado cuenta la marica confianza que tiene con ese man, podría asegurarte que pasas más tiempo con el que conmigo, ademas tu sabes que el guevon ese siempre te ha atraído sin olvidar que desde que te conozco él siempre ha querido estar contigo, desde que te asignaron con él las cosas han cambiado o te tengo que recordar que desde hace meses no estamos sexualmente, cada día estas mas delicada, si en serio está pasando algo me lo puedes decir y listo, dejamos las cosas así sin ningún problema, se sienta en la cama, sus ojos demostraban el acercamiento de un futuro llanto, me miro diciendo, en serio carlos?, esto no puede seguir así, estoy harta de tu marica desconfianza, en que momento te he dado motivos para que pienses así?, siempre he estado contigo como para que usted venga a joderme todos los días con sus inútiles pensamientos, inmediatamente mi cuerpo se tensiono, las voces de mi cabeza comienzan a discutir sin freno alguno, la energía excesiva hace que mi cuerpo busqué la forma de desbocar esa sobrecarga abriendo y cerrando las manos rápidamente, mi mirada se centra en el piso para no cometer más errores estúpidos, mis oídos hacen su trabajo de mala manera sin poder entender todo lo que ella me decía, su voz se escuchaba desintonizada mientras podía oír claramente el demonio de la desconfianza que decía, cállate perra hija de puta, usted me cree pendejo?, se que tu piensas en ese man, vienes aburrida de mi desde hace dos años, pero desde hace uno ya te cansaste de este de ser, puedo notarlo, tu ya no me quieres, que te calles maldita, cállate, automáticamente surge la culpabilidad, pero por qué crees que ella ya se canso?, tu nunca la has querido como ella lo merece, tu no eres una buena pareja para esta princesa que realmente a hecho todo para que tu estés contento, tu nunca haz podido llenar ese hueco sentimental porque no alcanzas a cumplir con todos los requisitos que ella necesita para estar excelentemente, mis pies temblaban desenfrenadamente, la minusvalía no se hizo esperar diciendo, no entiendo por que siempre decides querer tener algo con alguien si usted sabe que no sirves para vivir en pareja, tu forma de ser es muy extremista como para que otro ser te tenga que aguantar innecesariamente, toda mujer que llega a tu vida termina sufriendo por todas tus acciones, tu no sirves para estar en pareja, entiendalo, termina esta relación y por favor deja de ser un imbécil, tu vida está para que la vivas solo, tu nunca harás que tu pareja este feliz, carlos, escuchó en la lejanía, por dios carlos póngame cuidado, alzó la mirada pegando un grito, que quiere?, estoy harto de esta vida, me levante con lágrimas en los ojos golpeando fuertemente mi lado de la cama, instintivamente ella se cubre, la ira se desborda al ver ese acto, golpeó en repetidas ocasiones la pared mientras grito, maldita vida por que me hizo así?, el llanto crecía explicando la impotencia que mi mente no podía verbalizar, no era capaz de verla pero podía escuchar su voz angustiada diciendo, cálmate amor, ya carlos, basta, siento que me abraza, automáticamente agarró fuertemente sus manos retirándolas de mi abdomen entretanto me volteo empujándola por el pecho y cayendo aparatosamente en la cama, al ver ese acto huyó de la habitación hacia el balcón, solo podía imaginarme su sollozo acompañado de su desilusión por volver a cometer un acto tan cobarde como este, veo al cielo pidiéndole a dios que acabe con este tormento, miro hacia el parqueadero imaginando mi cuerpo estamparse contra el pavimento, mis manos agarraban ese tubo de metal como un alma a su cuerpo antes de partir, no podía escuchar limpiamente las voces de mis demonios ya que todos hablaban al mismo tiempo sin querer apaciguarse, ante el miedo de cometer alguna brutalidad me siento mirando al horizonte esperando que el tiempo calme el desasosiego que taladra mi vida, después de varias horas de estar como un ente me levanto hacia la cama, ella no estaba allí, me asomo a la sala viendo su cuerpo arropado en el mueble, decido acostarme a ver si puedo conciliar un poco de sueño para poder levantarme a trabajar pero mi mente no me dejaba en paz, después de un tiempo de estar dando vueltas en la cama miro el celular, la madre, son las cinco de la mañana, mi corazón palpitaba tan rápido que pareciera que tuviera una arritmia crónica, cada sonido que provenía de la calle me alteraba acelerando mi síntoma, por un momento escucho en la cocina la llave abierta sabiendo que ana ya se ha levantado a preparar el almuerzo, me levanto acercándome hacia el sitio sin que ella se de cuenta, me paro debajo de la puerta diciendo, amor el almuerzo de hoy que es?, se asusta mirándome sorprendida, sus ojos hinchados me daban a entender que tampoco ha tenido una buena noche, mira hacia el piso respondiendo, me asusto, la verdad solo estoy haciendo arroz con papa cocida, cuando salga a almorzar comprare una lata de atún para agrandar, ahí te dejo arroz, tu veraz que cocinas para ti, sin querer buscar más problemas hago un gesto de aprobación, se que es mejor dejar las cosas así para no dañarle aun mas el día, me vuelvo acostar pensando cosas que no debía que pensar, siento que se baña y minutos después la puerta suena avisando que ella se ha ido para su trabajo, inmediatamente prefiero levantarme a arreglarme ya que sabía que era imposible que pudiera dormir algunos minutos, llegue temprano a la oficina, me interne tanto en mis labores que se me olvido alimentar mi cuerpo, me centre tanto en mis tareas que todo lo sucedido quedó en el olvido, al salir para la casa y sentarme en el bus miro el celular, comienzo a mirar qué fue lo que me sucedió sin ninguna respuesta satisfactoria, ella no había escrito en todo el día, después de una hora y cuarenta minutos de trayecto llegó al apartamento, como siempre soy el primero en llegar, prendí el televisor tratando de que mi mente se ocupará para que cuando llegara mi imbecilidad no agrandará más los problemas, pasan tres horas y ella no llegaba, normalmente llega una hora después que yo, le timbre mandándome a buzón, mi ansiedad empezaba a surgir como un nadador tratando de llegar a la superficie lo más rápido posible para tomar un poco de aire, mi cuerpo temblaba pensando de que posiblemente estará con ese man desahogándose de lo sucedido, aun peor, que el pirobo ese se entere de nuestros problemas y busque la forma de aprovecharse en el estado en que ella podría estar, me levante en repetidas ocasiones hacia el balcón deseando verla entrar al edificio, pero eso nunca sucedió, camine por los espacios del hogar esperando que estos sentimientos se dispersaran y pudiera entrar la calma que tanto espere, pero no servía, al contrario, cada minuto que pasaba aumentaba, después de dos horas en un infierno corporal y mental el sueño ataca, con más de veinte llamadas perdidas desde mi celular mis ojos se cierran, algo suena, mis ojos se abren, puedo percibir que alguien a abierto la puerta, miro la hora siendo las cuatro de la mañana, me levanto asustado, antes de que ella entre al cuarto puedo observarla caminar por la sala de un lado al otro, prendo la luz, la miró de frente diciendo, que bonito como vienes, donde andabas?, como pudo me respondió enredadamente, a usted que le importa, yo soy libre de hacer con mi vida lo que me dé la gana, mi ira mezclada con dolor no puede disimularse, a sí?, que lindo, y que estaba muy rica la culiada que le pego ese triple hijo de puta?, inmediatamente sin que pudiera reaccionar siento su mano golpear mi cara mientras me grita, me respeta gilipollas, usted quien se cree para hablarme así?, respondo iracundo, su esposo, muy bien señorita, ojala que ese pirobo la valore mas que yo, me volteo, escucho, pues si, el me trata mejor que usted y el si sabe tratar una mujer, me rió cínicamente diciendo, una mujer o una puta, eso es lo que al parecer te estas convirtiendo, veo como su rostro se transforma y su mano se va acercando a mi rostro, mis reflejos reaccionan agarrando su mano, trata de golpearme con los pies, sin pensarlo mi puño se cierra pegandole dos veces en la cara, cae al piso, comienza a llorar, repetía una y otra vez, te pasaste cabrón, no me volverás a ver en tu vida, se levanta con un gran esfuerzo, entra al cuarto, no podía moverme de la sorpresa por el acto que había cometido, sale de la habitación guardando un par de mudas de ropa en el bolso, abre la puerta principal, me miró diciendo, esto si nunca se lo voy a perdonar carlos, te has sabido sobrepasar, en estos días estaremos hablando, bye, suena la puerta, aún estaba inmóvil, de un momento a otro me suelto a llorar, después de casi una hora dentro de un llanto excesivo decido acostarme, no se como, pero pude dormir un par de horas y ahora estoy aquí contándote lo bonita que es mi vida, la psicóloga solo hace una cara de preocupación, me dice un par de cosas que ya se y otras que aumenta mi ansiedad, para mi sorpresa me dice que ya se ha acabado mi tiempo, en medio de lágrimas aceptó saliendo de ese cuarto que no me ha ayudado en nada, salgo del hospital psiquiátrico tratando de disimular mi dolor, no quiero ir a trabajar pero creo que es lo mejor, comienzo a caminar para llegar a coger mi bus, voy en la tercera cuadra y decido continuar hasta la próxima parada que queda a unas cinco manzanas de allí.
Mi vida se torna oscura, puedo oír mis voces con más claridad, mi desconfianza comienza a mirar la forma de como hacer las paces con la realidad pero es difícil, pero bueno, lo importante es intentarlo, la ira se encuentra en un estado poco habitual, en un silencio que no puedo entender, la culpabilidad susurra lentamente, si salimos de esta la vida será diferente, la conciencia le responde, obviamente las cosas deben cambiar pero esperemos que no sea nada malo, todas las voces quedan en silencio.
Una llamada a ana le comunica lo sucedido, buenos días señora, su esposo es carlos salazar?, ella preocupada acierta, necesitamos que venga al hospital la sagrada familia, pero qué pasó?, pregunta, el hombre le responde, al parecer fue arrollado por un automóvil en la carrera veinte con treinta y ocho en sentido oriente, está en grave estado de salud, la ambulancia lo transportó lo más pronto posible pero por la gravedad de las heridas no se pudo mantenerlo consciente, a lo cual decidieron ponerlo en estado de coma, necesitamos que esté en el hospital lo más pronto posible por que requerimos sangre o+ ya que ha perdido mucha sangre, ana cuelga sin decir adiós.
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