Recuerdo en estos momentos un lema de vida que a veces
olvido, dicho por el cantautor robe Iniesta en su canción contra todos, “al
camino recto por el más torcido”, esto me hizo llegar un pasado pensamiento de
que nunca hay que olvidar la esencia propia con la que afrontas a tu estilo la
vida, pero sin querer por las rutinas y
la falta de alimentación a tu esencia esta se va escondiendo cada día más, hasta
que te das cuentas de que falta algo importante, esa chispa con la que afrontabas
todos tus problemas a pesar de que tu vida siempre ha sido caótica, normalmente
mis caminos son montañas rusas que dirigen a experiencias perfectas pero
peligrosas, caí en cuenta que el camino seguía igual, lo que si no era lo mismo
era mi actitud, se había apagado, disfrutaba pero le hacía falta esa
personalidad de sentir que la ola que surge del último suspiro de un segundo,
me transporte mecido hasta el siguiente(extremoduro), esa felicidad de vivir
cada momento como el ultimo a pesar de escoger caminos que alargaron el
trayecto, esa ceguera me dio la oportunidad de darme cuenta que le faltaba a mi
vida y el porque me sentía tan raro, obviamente esos caminos torcidos han forjado mi ser, me han enseñado que el ser
humano comete errores cíclicamente “sin darse cuenta” y eso es lo que siempre
he tratado de evitar, también hace semanas pensaba sobre lo relacionado a la
escritura, hay material pero se podría decir que no está terminado, han salido varios
pensamientos referente a este “proyecto”, el más importante es que necesito
darle un parón a esto, escribir porque lo necesito y me encanta, olvidarme toda
esta vaina de redes por un tiempo y poder seguir enfocado en los textos que si
me encantan y que no se pueden publicar virtualmente, hay que aprender siempre
algo más y tratar de mejorar cada día. NUEVAMENTE NOS VEREMOS. GRACIAS
En medio de la nada, el silencio atornilla la desesperación a mi ser, la angustia sobresale situacionalmente por todas las responsabilidades acumuladas por la imbécil posibilidad de no dejar de procrastinar, el destino cansado de mi mal aprendizaje me juzga nuevamente castigándome con la ansiedad de qué diablos iré a hacer?, ya que por casualidades de la vida todos mis electrodomésticos dejaron de funcionar, que mierda pasa con estas maricadas?, mi cabeza se pregunta una y otra vez tratando de controlar el impulso para que mi voz no expulse un grito de auxilio, miro mi laptop, le hablo como si fuera algo viviente que pudiera comprender el estado en el que me encuentro, rezo mirando al techo pidiendo que todo deje de pasar a pesar de no creer en un Dios, después de un minuto la impaciencia hace su aparición, cojo dicho aparato dándole varios golpes esperando que comprenda que lo necesito más que nunca, ha esta hora de la noche nada me puede salvar, alguien se asoma preguntando qué me
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