De pie en la ventana sin creer lo que estaba viendo. La ansiedad me aniquilaba sin piedad, las cuatro paredes de mi escondite no podían soportar la inmensidad del caos que estaba viviendo, no me hallaba, mi cuerpo producía movimientos involuntarios, ni siquiera mi mascota quería estar a mi lado, lo único que me calmaba era la comida pero como cosa rara todo en algún momento se tiene que acabar, pienso en fumarme un cigarrillo pero primero decido ir al baño, ya que en esas circunstancias mi vejiga se activa trabajando el doble sin tener presente consecuencia alguna, salgo del lugar privado decidiendo ir a mirar el cielo ya que era la única compañía que había decidido tener, la soledad atacaba sigilosamente cacheteando en distintas ocasiones mi ser, como reclamo por haberla evadido por varios años, ya que antes había una convivencia grata, iba acercándome al observatorio que era un ventanal de un cuarto piso, como de costumbre la gata corría zigzagueando mi camino deteniéndose bruscamente, siendo un obstáculo y saliendo lastimada sin querer, llego a la ventana, mi corazón latía tan fuerte que mi cabeza lo dibujaba saliendo y entrando desgarrando el pecho, siento que me vuelvo loco, levantó la mirada, de pie en la ventana sin creer lo que estaba viendo, había una semiesfera totalmente naranja que su luz reflejaba que a su alrededor había un conjunto de nubes a punto de que la devoraran, volteo a mirar al lado opuesto encontrándome con un cielo totalmente despejado, se dimensionaba cada estrella con un brillo y un color único, el desespero por no quedarme quieto me carcome la cabeza, baje la miraba, veía fijamente el asfalto pensando que si llegaba a caer no podría acabar con este caos, no sabía qué hacer, pensé que iba a morir, solo podía recostarme en la ventana viendo a la guardiana de la noche con su vestido de gala, era el único momento en que mi caos se calmaba, todo huía, disfrutaba ese corto tiempo como si no pudieran haber más, perdía el punto de enfoque y reanudaban los síntomas, sólo podía tratar de controlar mi impulso autodestructivo, no podía seguir allí, comencé a caminar por todo el apartamento, en fracciones de segundos golpeaba las paredes mientras las lágrimas bajaban en avalancha por mis mejillas, aparte del estalle neurológico empezaron a llegar mis demonios, aquellas culpas e inseguridades que nos atormentan por la moralidad del humano, entraba al cuarto, me sentaba en la cama tratando de ver algo en internet, pero no podía quedarme quieto, no dejaban de cesar las lágrimas, llegaban a mi cabeza cada una de las razones del porque me aleje de la gente, culpas por decisiones mal tomadas, frases de mis exparejas donde se notaba la dicotomía de sus sentimientos con los extremos de mi personalidad, eso no ayudaba a mi situación, como pude coloque música y cerré la laptop, ya que me molestaba la luz, empezaba a sentir mi cuerpo pesado en medio de imágenes mentales que me volvían mas mierda de lo que estaba, escuchó al fondo, soy un desastre que no se puede comprender(anthony ducapo), esta frase me da un poco de aire para retener al menos un tiempo la tormenta, me pongo de pie e inmediatamente siento como pierdo las luces, todo me da vueltas, me acuesto, mi corazón seguía tratando de salir de su estado natural, mis pensamientos eran cada vez más tóxicos, trato de cerrar los ojos y tranquilizarme, pero no lo logró, de repente abro lo ojos, desconocía el lugar donde había despertado, después me explican que me encontraron en la madrugada llorando en el parqueadero del edificio, no recuerdo nada de lo sucedido, según dice mi psiquiatra, llevo tres días recluido en este hospital psiquiátrico y este texto me ayudara a entender realmente qué fue lo que pasó, solo quiero largarme de aquí.
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