La oscuridad aún posee la ciudad, las calles comienzan a saborear las primeras suelas de aquellos que ingresan a sus trabajos para atender la primera necesidad alimenticia de la normalidad, junto a ellos se visualizan personas uniformadas con sus implementos arreglando los estragos que dejan los seres nocturnos tras sus celebraciones autodestructivas, la selva de cemento se ve hermosa sin tanto orangután en sus dimensiones, las carreteras semi desiertas producen paz dándole un aire apocalíptico al asfalto frío que espera ansiosamente el flujo caótico que conlleva la rutina de este mundo, a punto de llegar a la localidad donde tengo que arribar se dimensionan un sin fin de puntos en una especie de línea recta que es alumbrada por las farolas que son las testigas del calvario que cada una de esas efímeras unidades tiene que soportar para que le puedan brindar una atención por algo que están pagando, me acerco a la cola convirtiéndome en el punto de inicio para emprender la travesía que significa vivir un viacrucis para poder obtener algo que es un derecho pero que se convierte en una mendicidad que dura meses, el día pasara pero la travesía debe continuar hasta poder obtenerlo, después de oír quejidos por parte del compuesto de la línea decido sentarme, tras unos minutos comienzan las historias de dolor y furia por la estupidez humana contra su misma especie, estando allí se pueden apreciar los cientos de pies que esperan arduamente poder dar un paso para escuchar una solución, que por la experiencia en el mayor de los casos será una negación, más tarde el alba anuncia su llegada, decido poner mi puesto en cuidado de la persona que está detrás para caminar un rato, dimensionando la cantidad de puntos que sobrepasan hasta cuatro cuadras, sabiendo que la mayoría no seríamos atendidos en el día de hoy, por el camino escuchó cómo la gente pelea protegiendo su lugar en la fila contra aquellos seres que quieren colarse y no ser justos con los demás que se encuentran en la misma situación, para no amargarme más el día decido volver a mi lugar, dos horas después abren las puertas del recinto, cada vez que avanzamos se pueden escuchar los gritos y discusiones por parte de los integrantes de la línea por aquellos que no respetan la regla del que llega primero, aglomerándose en la entrada para crear caos y así lograr su cometido, luego de tres horas y sin haber atendido ni siquiera el ochenta por ciento de la recta nos informan que no se puede dejar ingresar más personas por que la construcción y sus empleados no dan abasto, es increíble que este país no cumpla con el primer derecho que es proteger la vida y la salud de sus habitantes, pasan hasta seis meses para obtener una cita para un caso de enfermedad extrema, sin decir cuánto tiempo dura para un caso de enfermedad normal, pero bueno, este gobierno prefiere invertir en la guerra que al bienestar de su pueblo y aunque no nos guste puede ser que así sea siempre, gobiernos de mierda.
LORDWOLF WRITINGS
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