Querida mía,
no tengo que decirte lo importante que eres para mí,
tallaste tu nombre en este roble enfermo y aislado,
recuerdo esa noche de tormenta,
mis heridas por el tiempo sangraban mezclándose con aquel torrencial que mojaba mi cansado cuerpo,
por un momento el cielo se iluminaba atacando la tierra,
trayendo luz para los incautos que nos encantaba la oscuridad,
uno de esos rayos colisiono conmigo,
siendo una suerte por el imposible porcentaje que el destino me escogiera para una descarga de esa magnitud,
sin creerlo tú me habías escogido,
por qué?,
ni idea,
será que estabas tan aburrida del cielo que quisiste bajar al infierno a ver con que te encontrabas,
lastimosamente te encontraste con este ángel caído que enamora y mata,
al principio la vida era hermosa por qué ninguno estaba acostumbrado al ecosistema del otro,
nos asombrábamos del pensamiento rutinario del acompañante,
no entendíamos como la vida había unido a seres como nosotros,
ya que si le poníamos lógica nunca había Sido razonable que esto pasará,
el porcentaje era muy bajo,
pero aún así,
seguíamos encontrándonos con tal precisión en el otro,
tu sabes que hubo una época dónde la vida se complicó,
las crisis llegaron,
los miedos nos azotaron haciendo que tú luz quemara una parte de mi tronco sin querer,
ya que tú fuego se modificaba con adicionales que tú nunca habías tenido,
obviamente esos agentes externos venían de mi parte,
sonrió a recordar esa época caótica pero hermosa,
ahí supimos que esto no iba hacer una experiencia cualquiera,
recuerdo que luchábamos contra nosotros mismos para no aumentar nuestras crisis que preciso se unían,
éramos una mierda,
pero aún así tratábamos de luchar así nos costará,
el creer en que el amor todo lo puede nos daba fuerza de dónde no las teníamos,
eso no quiere decir que ya no nos queramos,
por qué creo que es al revés,
nos amamos aún más y de distintas formas,
lo que pasa es que la situación es diferente,
pudimos salir de esas primeras crisis viviendo el día a día y analizando nuestras manías rutinarias,
comenzamos a sentirnos igual que siempre,
la tormenta había cesado,
tu fuego le hacía cosquillas a mis nervios casi obsoletos,
aún así seguíamos complementándonos,
pero una noche el aire agitaba con más fuerza,
tu llama se alimentaba de aquel oxígeno,
mis huéspedes del terror empezaron acabar más adentro de mi ser por el miedo a morir,
estaba lastimado,
estaba muriendo por dentro,
supuestamente lo disimulaba pero tú lo sabías todo,
e inclusive tu disimulabas tu dolor por estar cambiando,
sabias que otras vez ibas a estallar pero lo reprimías con el objetivo de que no aumentará mi situación,
esa noche fue una de nuestras peores,
al otro día,
más de la mitad de mi estaba en el piso,
destrozado,
había perdido mi altura,
había perdido mi vista ante los demás y propia,
había perdido todo lo que pensaba que era,
y tú estabas ahí,
el triple de grande,
más gigante que nunca,
sosteniendo todo lo mío y lo tuyo,
aún no habías explotado para no agrandar mi situación,
al final tenías que hacerlo,
ahí estaba yo tratando de componerme y tratando de sobrellevarnos,
volviendo nuevamente a una crisis,
las cosas se complican,
tu cansada de ese gran esfuerzo ya no sabes cómo luchar,
por mi parte oculto mi decepción propia y culpa hacia ti,
refugiándome en las máscaras para que el bosque no se de cuenta de todo lo sucedido,
las cosas se complicaran,
aun más sabiendo que nuestra historia hace parte de un porcentaje bajo de parejas fuera de la normalidad,
se que tú quieres consumirte conmigo y se que siempre encontraremos la manera de arreglar la situación,
quiero ser tu leña y extinguirnos juntos de la faz de este planeta.
La chica después de un tiempo responde,
hola amor,
gracias por esas palabras,
fueron hermosas,
estos tres días sin poder hablar contigo me hicieron pensar,
analizar,
recapacitar,
naciendo de nuevo,
dándome cuenta que ya no te quiero,
hace más de un mes conocí a alguien,
reprimía mis pensamientos negándome ver la verdad,
engañándome que aún te quería,
que no sentía nada por el,
pero estas horas sin ti me di cuenta que ya no me hacías falta,
ya no pienso en ti,
no puedo seguir haciéndonos esto,
discúlpame,
ten por seguro que el culpable no eres tú,
soy yo,
no fui fuerte y preferí buscar otro camino,
no soy tu llama,
solo fui un fogonazo que ilusiono tu vida,
perdóname.
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