La ira calienta su cabeza, la rabia nubla su conciencia, el fastidio corroe la estabilidad de aquel sujeto que no entiende por qué es tan fresco con las cosas, tan relajado con aquellas cosas que en realidad le cuestan, respiraba una y otra vez tratando de controlarse pero su mente repetía aquellos insultos que le hacían recordar el fallo tan estúpido que había cometido, no entendía por qué después de tantas lecciones no aprendía la moraleja, solo se recriminaba por haber perdido su tiempo y que este no volvería, abre sus ojos, mira la pantalla resignado moviendo nuevamente sus dedos para reemplazar los textos que anteriormente había escrito pero que no recordó guardarlos al apagar la pc, cogiendo vuelo a la nada sin oportunidad de volverse a crear al pie de la letra.
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