La miraba desde lejos, detallaba
cada parte de su ser, de su forma al hablar, del movimiento de su pelo, de los
gestos con sus manos, recordaba esos años donde eran inseparables, donde el
tiempo se detenía y la preocupación por la vida no era un estilo de vida,
deseaba con todas sus ganas decirle lo que sentía, lo que su corazón necesitaba
vomitar pero los nervios y el miedo al que dirán lo amarraban a esa silla que
se encontraba al lado de su madre viendo los carros pasar, la madre hablaba
pero para el no existía, solo podía tener atención para ella, tantos años
enamorado de alguien que solo le quería como un amigo, como un hermano, sin
pensarlo se levanta y llega hacia donde ella, la chica lo abraza pasionalmente,
diciéndole; imagínate que voy hacer tu cuñada, no es fantástico?, todo se
bloquea surgiendo una risa postiza de felicidad.
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