Cada uno viajaba dentro de su
inconsciente intentando solucionar sus conflictos, aquellos mismo que hacían
que sus vidas se complicaran, unos sentados, otros acostados y otros hablando y
filosofando tratando de encontrar una abertura en la consciencia para ser
felices por medio del conocimiento pero no todos querían liberarse de aquellas
ataduras que hacían que sus vidas se oscurecieran por momentos, algunos se
aferraban a aquellos demonios que ennegrecían su calidad de vida, allí aparecía
ella, con un rostro de angustia, con una necesidad de tener la atención de los
presentes, gritaba una y otra vez; auxilio, me agarran, no dejen que me lleven,
lloraba enloquecidamente mientras algunos trataban de calmarla y explicarle la
situación pero por horas ella no entendía, al salir del trance aun no era consciente
de lo que su mente le decía, así le explicaran, alguien la miro fijamente
diciéndole; la madre naturaleza ya te explico y aun tu no quieres entender,
tienes que liberarte de esos egos pero tu propio miedo y costumbre no te deja
ser libre.
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